sábado, enero 02, 2010

Número 14


Editorial:
Lo que nos dejó Terrabusi
Macri y su bella ciudd privada
Por Héroe de nadie
FaSinPat, La punta de flecha del movimiento obrero
Por Carla Better
El vértigo de la palabra
Por Remolinovencedor
La búsqueda de la juventud perdida o El origen de la tristeza
Por Sebastián Duarte
Y dónde están ahora. Lo que el hipismo se llevó.
Yon Lenin
Todesfuge, la poesía de celan
Por Yo el Supremo

viernes, enero 01, 2010

FaSinPat

La punta de flecha del movimiento obrero
Por Carla Better

El día se dividía, como suele suceder en este limbo climático de septiembre entre una tarde soleada y agradable y un anochecer que se iba volviendo algo hostil. Cuando llegamos, el viento ya era importante en la localidad de Centenario en la ciudad de Neuquén. Lo primero que nos recibió fue el cartel de la fábrica, que es toda una sentencia: CERÁMICA FASINPAT, y debajo para cualquier distraído explicaba: Fábrica Sin Patrones. El nombre no es arbitrario; al contrario, lo que parece una promesa de cielo obrero, el sueño de no tener patrón, mantiene una estrecha relación con su referencia. Estamos efectivamente ante una fábrica sin patrones y el cambio de nombre simboliza el cambio de propiedad. La tradicional empresa rubricaba en su anterior denominación la carga de la propiedad, y de la propiedad familiar, que aúna en el apellido Zanón la herencia de la posesión de los medios de producción como parte de uno de esos árboles genealógicos que parecen a veces eternos en la oligarquía patriarcal argentina. El verticalismo de esta jerarquía se vivía día a día; la patronal imponía ritmos de trabajo sumamente exhaustivos que fueron causa de los accidentes mortales durante el régimen de la familia de Luis Zanón. Pero en este caso, al menos en este, el linaje empresarial no siguió redituando al familiar. La crisis que se fue gestando durante 10 años de neoliberalismo y que estalló el 19 y 20 de diciembre, fue el escenario que determinó el cambio de dueño y de destino de la fábrica. En octubre de 2001 sus entonces dueños deciden el cierre de Zanón adeudando meses de salario a los obreros. Ante la desesperación de la deuda, la impotencia de la huida de la gerencia que no quiso hacerse cargo del conflicto y el gobierno que permanecía autista, casi fue obligada la decisión: los obreros comenzaron a producir. Así llegó la toma y, a partir de 2004, la Cooperativa, única alternativa que se les presentaba posible en el horizonte legal.


En agosto pasado, salió la noticia de la expropiación de los bienes a Luis Zanón para que pasen a manos de la Cooperativa FaSinPat. La noticia, desde ya, fue recibida con alegría, pero los obreros de Zanón son medidos en este festejo. Saben que la expropiación de por sí es una medida incompleta y así nos lo hacen saber en la visita que realizamos al predio. Una especie de excursión escolar que consistía en una de esas visitas guiadas que los obreros de la ex Zanón ofrecen a los niños de las escuelas neuquinas. En este caso, jóvenes venidos de Buenos Aires, pero para el caso es casi lo mismo. Decía entonces que, cargada con la feliz noticia de la expropiación, una vez allí, entiendo los límites de la medida. La expropiación, nos dicen los obreros, debe completarse con la estatización bajo control obrero. Por el momento, el Estado que aprobó la medida expropiatoria (y que no lo hizo de acuerdo con el proyecto de FaSinPat que incluía el no pago a los acreedores), sigue actuando con un autismo que no es más que la careta bajo la cual esconde las alianzas del poder. La categoría de cooperativa cataloga a FaSinPat, bajo los ojos estatales, como una entidad privada más, por lo tanto, le son negados los subsidios que sí les otorgan a otras empresas bajo los acostumbrados manejes prebendarios, de modo que la fábrica funciona al cien por cien bajo gestión obrera. Además de estos desniveles en la órbita neuquina, la crisis internacional también se ha hecho sentir en el presente de Zanón. Al respecto, uno de los obreros, Sergio, nos comentaba lo siguiente: “En lo productivo, el impacto de la crisis económica nos afecta a nosotros. No hay dinero, no hay construcción; no hay construcción, no hay necesidad de cerámicos. Pero a la vez, por la necesidad de materia prima, la necesidad de dinero es constante. El Estado no está actuando correctamente. Mientras a otras empresas les da subsidios millonarios, acá mismo a 40 km, a nosotros no nos da importancia, no nos tiene en cuenta. El día a día para nosotros es valioso porque no tenemos un capital ganado, acumulado, como una propiedad grande, privada”.

La estrategia básica de Zanón, desde la toma hasta hoy, sigue la misma orientación; ésta es la de la alianza con la comunidad. La lucha de los obreros de la ceramista se une a la de los docentes (estuvieron en la represión que mató a Fuentealba) y a los obreros de otras fábricas, incluso a nivel nacional, en el que se solidarizaron e involucraron con los obreros de Terrabusi y Mahle: “el esfuerzo tiene que ser el mismo, no cerrarnos en nuestro conflicto, abrirnos a los otros conflictos y poder aunar criterios con el resto de la comunidad. En ese sentido, yo creo que una cosa que es fundamental en la multisectorial es armar un movimiento de empresas recuperadas y una movida política fuerte”.

En cuanto a lo local, es parte fundamental de esa articulación con la comunidad, la función social de la empresa como fuente de trabajo. Cuando la fábrica iba a cerrarse, contaba con 250 obreros, ahora tras casi una década de control obrero, cuenta con más de 450. Los cuales han sabido integrarse, con mucho esfuerzo desde ya, a un sistema sin patrón, en el que las decisiones se toman en asamblea. En FaSinPat, la estructura estipula coordinadores por sector, los cuales se reúnen una vez por semana y en estas reuniones presentan las problemáticas que surgen o les llevan los obreros de su área. Las decisiones más importantes se toman en la asamblea que se reúne una vez por mes y a la que asisten todos los obreros. Es por esta misma organización que el carácter de cooperativa se les presenta como una forma encorsetada y restrictiva, a la que aplican sólo porque, en el estrecho horizonte legal, no se les presentaron otras alternativas para legalizar su funcionamiento y, por ejemplo, comprar materia prima, que -sin embargo- muchos proveedores se negaron a vender siguiendo un criterio de solidaridad capitalista (si se me permite el oxímoron). La cooperativa supone una estructura jerárquica en estamentos diferenciados que no se condice con el funcionamiento asambleario de FaSinPat. Es entonces una necesidad de transición ante lo que sí es la solución de fondo, la estatización bajo control obrero.


En cuanto al mercado, hoy FaSinPat, como marca, se posiciona no sólo de acuerdo a sus niveles productivos y de calidad, sino también al compromiso político que implica. Ante la negativa de los proveedores de venderles materia prima, la fábrica innovó proveedores alternativos y lo hizo siempre de acuerdo a su lineamiento de buscar una estrategia conjunta con la comunidad. Fue así que empezaron a comprar cerámica de la comunidad Mapuche y sacaron una nueva línea de productos. Pero además, FaSinPat cuenta con la posibilidad de exportar. No en grandes proporciones, pero sí han podido ubicar su producción de porcellanato en el mercado chileno. En este sentido, el éxito de la lucha depende de la articulación de las dos aristas, la productiva y la política.


Entre lo mucho que nos deja la experiencia de Zanón está la demostración de que la fábrica –toda fábrica- no es de los patrones; ante el vaciamiento, el cierre y la huida como medidas de la patronal, todavía queda el “capital” más importante, que es –paradójicamente- la fuerza de trabajo, la capacidad de producir. Una fábrica funciona por sus obreros, y detrás de cada una está latente el sueño de la Fábrica Sin Patrones, porque no es una fantasía, sino la realidad de su funcionamiento cotidiano.

Cierro con las palabras que nos dejó Sergio, nuestro guía en la excursión escolar a los hornos del sur: “No sé si es un ejemplo o seremos como punta de flecha del movimiento obrero argentino. En realidad, Zanón es una más de las empresas recuperadas. No sé si hay mucha diferencia entre muchos compañeros, a nivel nacional, que están en la misma posición. Pero sí esta idea de poder proyectar nuestro futuro, de poder decir que somos todos parte de una misma clase, que somos iguales, y apoyar a todo tipo de conflicto que haya, de poder aunar criterios y poder llevar adelante un conjunto de ideas. Pero si vos me preguntas si es un ejemplo, creo que es una más”.